En torno al año 2012, inicié mis estudios de paz en el área de la resolución de conflictos. Por aquel entonces yo ya era psicóloga y llevaba muchos años ejerciendo en el entorno clínico.
Sin embargo, me atrajo tremendamente la idea de “abstraerme” del “quien dice qué”, para centrarme únicamente en el “qué” y “cómo” se dice. Seguía gustándome la práctica clínica, pero me di cuenta de que necesitaba agrandar el prisma con el que veía e interpretaba al ser humano, así que, de alguna forma, cambié de track y decidí alejarme del cuadro para verlo mejor.
Fue durante ese tiempo cuando nació mi amor por el estudio de los traumas transgeneracionales o, como yo los llamo, “las narrativas heredadas”, que en ocasiones construyen y en otras destruyen.
Tomé mucha más conciencia de lo muy importante que es reflexionar, sostener, y filtrar lo que decimos para cuidar lo que transmitimos, en especial a las generaciones venideras. También tomé consciencia de lo importante que es preservar en nosotros mismo lo bueno que se nos ha sido dado, descifrar lo que nos ha dañado, y buscar e integrar lo que nos falta.
Pienso que los seres humanos se deben a sí mismos el derecho a reflexionar acerca de quiénes son para luego poder hacer un ejercicio de “elegir quienes quieren ser”. Es por eso que trato de darle una aplicación clínica a lo que estudié durante aquellos años y me gusta integrar en mis sesiones con los pacientes el trabajo de ayudarles a tomar consciencia de lo que se dicen y cómo lo se dicen. Me gusta ayudar a mis pacientes a ser más conscientes de como hablan a los demás, sobretodo en presencia de los niños porque, mientras hablamos, aunque a veces lo perdamos de vista, ellos nos escuchan.
Porque pienso que si soy capaz de ayudar a los individuos a identificar estos elementos, podré ayudarles a abrir el prisma con el que ven las cosas y reescribir su historia de forma que haya espacio para otras partes de la historia, las historias de otros, otras vidas y, muchas veces, otras víctimas…
Si soy capaz de ayudarles a ser conscientes de cómo se cuentan sus historias, estaré cuidando de los que aún no han nacido... y si lo consigo, habré acercado un poco más a la humanidad.
Por favor, cuenta conmigo para construir la Paz.
Helena García
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